Una energía de inseguridad es la que prevalece en la pequeña ciudad de Tegucigalpa en Honduras Centroamérica como producto de la desinformación que publican los principales medios de comunicación masiva que son dirigidos por una raquítica clase pudiente.
El desfile de titulares que encabezan los diarios son escritos con una indeleble tinta roja cuasi manchada de sangre, puesto que los asesinatos premeditados son parte del menú que alimenta a la opinión pública.