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[no hay cambio sin experimento]

Cuento: "Discernimiento" de Daniel Corbera Pérez

 

Título: Discernimiento

Autor: Daniel Corbera Pérez

Categoría: 4to-5to de secundaria

 

 

Discernimiento

Los días en las oficinas de la IICOR (Instituto de Investigación sobre Comportamiento Robótico) eran cada vez más monótonas y es que, el trabajo era lo mismo de siempre, especialmente para el área de decodificación de cerebros positrónicos, área en la cual se desenvolvía el doctor Charles Duran, jede del área.

Fue un día caluroso cuando sucedió la explosión en mitad de la ciudad. Según el reporte de los investigadores, no hubo ninguna víctima del desastre, la que resumió todo a pérdidas materiales, grandes pérdidas, producidas por una mini bomba de energía (un explosivo de fácil creación por un experto en física, lo que podría sugerir un ataque terrorista) que destruyó los cimientos y con él, todo edificio de las empresas Feyriman. De entre los escombros se logró extraer el cuerpo de un robot modelo LD-26. La misión para el Dr. Duran era extraer toda la información rescatable de la memoria del robot, la cual, se había preservado milagrosamente.

Era una tarea simple, desactivar los firewalls que protegían la memoria del robot, activar el cerebro en una interfase de apoyo y empezar a extraer la información. Fueron 7 clickcs en total, en resumen, un juego de niños. Pasaron unos segundos, en los que la computadora extrajo los recuerdos del cerebro a la base de datos.  A los pocos segundos apareció en el monitor las grabaciones del LD-26. En total, 129 horas continuas de grabación. Una unidad nueva- murmuró. El doctor miraba el tiempo de grabación de cada archivo hasta llegar a la última. Lo último que grabó fue un segundo antes de la explosión. El doctor dio click sobre el último archivo para mirar su contenido. Las pantallas empezaron a mostrar lo que el robot veía, parecía estar parado sin hacer nada mirando un laboratorio, específicamente mirando una gran caja blanca frente a él. Fue en ese momento en que se dio cuenta de lo que era, era la bomba de energía. El doctor no entendía. ¿Por qué el robot no la desactivaba si veía que la ranura lateral de la bomba indicaba su funcionamiento? ¿Mal funcionamiento de éste? –Imposible- fue lo único que atinó a decir el doctor. Quedaban 3 segundos de grabación cuando el robot se movió hacia la bomba. ¿Quizás para desactivarla? Pero ya era muy tarde para hacer algo. Por los parlantes se escuchó el sonido de una explosión y luego un silencio estremecedor. ¿Qué pasó?- Se dijo a sí mismo el doctor. ¿Lentitud de comprensión? El robot había actuado, pero muy tarde, eso no era normal, no se había tenido un error de comprensión desde el modelo HG-13, el cual había salido ya hace más de 13 años. Los último modelos eran los mejores, prácticamente indestructibles, súper inteligentes y con una capacidad de comprensión miles de veces superior a los primeros modelos de robots. Imposible, de haber existido una falla en la velocidad de comprensión del robot, lo habrían modificado especialmente si el robot provenía de un sector dirigido a la investigación de…El Dr. Duran vaciló segundo al darse cuenta que dentro de las empresas Feyriman se tenía conocimiento de algún sector designado a ningún tipo de investigación, era en realidad oficinas designadas al informe de uso y venta de energía. Las empresas Feyriman eran las principales dueñas de controles de energía en el mundo y también las líderes en preservación del medio ambiente al emplear generadores de energía cada vez más limpios.

Entonces, ¿qué hacía un laboratorio en un edificio dedicado al comercio? El doctor lentamente subía la primera grabación, el primer recuerdo de LD-26 por así decirlo. LD-26 iniciaba la captura grabando el rostro de un hombre viejo, de escasa estatura, lentes gruesos, cabello canoso y algo calvo, lo más resaltante de este individuo eran sus ojos cansados, muy cansados, peor a la vez llenos de esperanza, llenos de paz. Sus ojos transmitían la sensación de seguridad y confianza.

Buenos días Linda- dijo suavemente el científico con una voz desgastada por los años. El doctor se volvió para el laboratorio dando a mostrar unas pizarras en las cuales había unas complejas ecuaciones matemáticas. El Dr. Duran congeló la imagen y la retrocedió, el rostro del doctor le parecía familiar, él lo había visto en algún lado. ¿Pero dónde? La grabación continuó, el robot denominado “Linda” estaba designado a realizar procesos de construcción de estructuras en ambientes altamente calientes para el hombre, aparte de eso, estaba diseñado para poder interpretar ecuaciones de alto nivel con relación a física avanzada, por lo que se le había equipado con una vasta cantidad de datos sobre este tema. Entonces, ¿cómo un robot tan especializado pudo reaccionar de forma tan lenta ante una inminente catástrofe? Miles de preguntas rondaban la mente del Dr. Duran. El cursor iba lentamente bajando por cada archivo que se había grabado, hasta llegar al archivo 0078. El doctor dio un click a este archivo; al momento de reproducir las imágenes, la pantalla entera se tornó blanca y una luz cegó al doctor, instintivamente se tapó los ojos con los brazos. La luz era demasiado intensa y estaba acompañada de un sonido estruendoso que lo ensordecía. El doctor estiró su brazo rápidamente y torpemente pasó sus dedos por el teclado buscando la tecla de escape. La luz se apagó al igual que le sonido, peor el doctor no había apretado la tecla, la ausencia de la luz era parte de la grabación. Es un éxito- mencionó una voz cansada. El Dr. Duran lentamente se reincorporó para ver el rostro del anciano tras lo que parecía una ventana de protección de tipo militar; muy utilizado en los campos de pruebas de bombas para proteger a observadores, pero, este tipo de vidrios se utilizaba con armas realmente poderosas, capaces de extinguir la vida en unos segundos.

Todo parecía señalar el desarrollo de una nueva arma. El doctor inició la interfase entre el cerebro positrónico y la computadora para devolverle la consciencia al robot, de esta manera el robot podía ser capaz de escuchar y responder  al as preguntas que perturbaban la mente del doctor. Pasaron unos segundos en los que la computadora se conectaba con la mente del robot cuando la suave voz de una mujer preguntó: ¿Dónde estoy?- En al área de decodificación de cerebros positrónicos, en las instalaciones de la IICOR. Soy el doctor Duran. Quiero que me expliques las actividades que se realizaban dentro del laboratorio donde trabajabas. El robot se mantuvo en silencio por varios segundos. ¿Por qué no respondes?- preguntó el Dr. Duran. Se me ha confiado información de esas instalaciones que no puedo revelar- respondió el robot con una voz tranquila. ¿Entiendes que la razón por la cual eres un simple cerbero es porque todo el resto de tu cuerpo explotó? Y la explosión se dio en las instalaciones donde operabas, lo que pudo causar la muerte de algún ser humano, sino me explicas lo que su cedió puede que algún dispositivo explosivo que no se haya detonado esté todavía en las instalaciones, explote y cause la muerte de los hombres que se encuentran en los escombros buscando evidencias de esa causa que tu no mencionaste a tiempo, por lo que, sus muerte serían tu culpa.

-Pero si hablara, la muerte de todos ustedes sería también mi culpa- respondió pausadamente el robot. ¿Nuestras muertes? Debe de haber un problema con tu procesador robot, yo no estoy en peligro. ¿Cómo lo sabe doctor? ¿Quién le asegura que no hay nadie apuntándome a la cabeza en este momento? ¿Quién le asegura que no haya una explosión nuclear en los próximos segundos? Nadie está seguro en este mundo, especialmente en un planeta donde habitan tantos seres humanos. ¿A qué quieres llegar con eso robot?- preguntó el doctor deslizando sus dedos por su mentón. Los humanos son torpes e inestables, no pueden liderar, pues sus propios ideales los corrompen y los doblegan, los humanos se autodestruirán a la larga, no son capaces de…El doctor interrumpió la interfase entre la computadora y el robot. Un robot…que duda de sus creadores, ¿revolución? Puede que se deba a los nuevos procesadores de personalidad que se han instalado a las nuevas unidades LD, de ahí deben provenir estos pensamientos casi humano-lógicos. Pero, ¿serán los procesadores capaces de igualar a la mente humana? No…imposible, jamás podrá ser igualada, pero entonces, ¿qué hizo surgir este pensamiento? Pues no existe ningún otro caso parecido sobre estos modelos que ya llevan varios meses en el mercado sin reportar ninguna falla. Quizás sea el primero de muchos, ahora los robots alcanzan el millón y una idea implantada en ellos, de revolución por medio de razonamiento lógico quizás, solo quizás, podría hacer que contradiga las leyes que los han convertido en nuestros siervos. Si esa línea lógica de ‘arrancar el problema de raíz” se plantea de forma profunda, el incidente en las oficinas Feyriman podría haber tomado víctimas. Los ideales del robot parece que no fueron lo suficientemente fuertes por lo que los cálculos de la explosión del robot al ejecutarse hizo que por instinto evitara que tomara alguna vida y solo se resumiera a las pérdidas o daños materiales. Pero, ¿qué originó un razonamiento así?

Fue entonces cuando el Dr. Duran recordó donde había visto antes al científico, en la sección de obituarios del periódico hace unos días. Era el renombrado doctor en física Erick Morrison, responsable de diversos avances en el área de motores de naves. Según lo leído, había muerto ya por avanzada edad en su casa a los 88 años. Pudo haber sido asesinado…Imposible, aun no lo creo, un robot no puede infringir las leyes de la robótica, peor de alguna forma…lo in tentó. El doctor volvió a crear la interfase. ¿Qué desea doctor?-preguntó el robot amablemente, como si nada hubiese pasado. ¿Cómo murió Erick Morrison? Él murió de causas naturales en su hogar, más que eso, no sé. Entiendo- respondió el doctor. ¿Tú terminaste con su vida? Por supuesto que no, no podría aunque lo deseara, va contra las leyes de la robótica. ¿Lo deseaste en algún momento? El robot se mantuvo en silencio unos segundos para luego responder fríamente: Sí, lo deseé. El doctor sintió como su cuerpo se estremecía ante la afirmación. ¿Por qué lo deseaste?- prosiguió. Porque su más grande invento arruinaría a la humanidad, a toda ella, y no podía permitir eso. Entonces, ¿tú pusiste la bomba? Sí- respondió el robot sin ningún reparo. Pudiste haber matado a alguien ¡infringiste la primera ley maldición! No doctor, no la infringí, mis cálculos estaban perfectamente diseñadnos, para solo causar pérdidas materiales, puesto que mi único objetivo era destruir la evidencia de la investigación del señor Morrison, peor los cálculos salieron mal a último el último segundo. ¿Salieron mal?- preguntó intrigado el doctor. La bomba de energía tenía como fin destruir al laboratorio en sí, y a mí, el último rastro del proyecto. Y sin Morrison para volver a rehacerlo, el proyecto desaparecería completamente, y por el hecho de ser un proyecto del cual no ha escapado ninguna información al exterior y del cual solo Erick entendía, nadie podría volver a hacerla, sería como si nunca hubiera existido- concluyó el doctor. Pero fue al último segundo antes de la explosión que me percaté de lo que me habían hecho en la parte del cerebro. El señor Morrison había pedido que alrededor de mi cerebro hubiera una cubierta magnética de contención de golpes para que mi cerebro jamás fuera destruido o dañado. Nunca lo supe hasta que sentía cómo el campo se cargaba por el dispositivo ¿Dispositivo? ¿Te refieres a la bomba? No doctor, me refiero al invento ¿El invento? ¿La luz intensa que vi en tus grabaciones era el invento? Sí- respondió el robot. ¿Y por qué te percataste de la modificación a último segundo? Porque ese día lo crearon. El doctor sonrió, había conseguido la información que necesitaba. ; Linda, estás protegiendo información que de todas maneras descubriré, no puede hacer nada, pero preferiría que me explicarás sobre este invento, ¿qué era?

Linda quedó en silencio una vez más, esta vez más prolongado. Doctor…si se lo revelo habré condenado a la humanidad a su propia destrucción. Pero puedo evitarlo- respondió persuasivamente. No confío en los humanos, no son estables, son autodestructivos. La curiosidad es que aquí yo soy el que está completo, no me des sermones sobre la humanidad, si tu también estuviste al borde de razonar como uno de ellos, lo que debo confesar me preocupa. El robot vaciló unos segundos para luego decir a seca: era energía perpetua. Pero eso es imposible. En sí el hombre está mal utilizado, es en realidad una fuente de energía de muy larga duración, quizás dure más que el sol, pero es cierto, en algún momento se apagará- explicó el robot. ¿Encontraron una forma de crearla? Es el más grande logro de la humanidad, ¿tú querías ocultarlo? Doctor, lo que lleva detrás ese proyecto, es tan terrible como su futuro. ¿A qué te refieres? El Sr. Morrison se baso en la destrucción de universos para que su planeta tenga energía ilimitada. Lo que me explicas es algo muy irracional Linda, es imposible. No doctor, se equivoca, el Sr. Morrison fue un visionario, un genio, pero lástima que su genio fuera utilizado para la destrucción. Al igual que Einstein, él buscó una forma de energía nuclear, no pasó mucho tiempo para que alguien la utilizara como un arma. Entonces digamos doctor, ¿cuánto tiempo pasará para que algún loco utilice la “energía perpetua” como arma? Se imagina el daño. El universo sería destruido. Por eso destruí todo rastro de evidencia al darme cuenta de lo que iba a suceder. Los humanos no están preparados para la ciencia, no son capaces de ver más allá de la destrucción y solo aquellos que buscan el bien son aplastados por la avaricia…el doctor interrumpió la interfase.

Charles Duran quedó en silencio meciéndose en su asiento. Ahora él en tendía el porqué de lo que hizo el robot, descubrió el origen de esa idea implantada; al momento en que fundamentó su afirmación de que, los humanos convertirían la energía perpetua en un arma al igual que la energía nuclear, fueron los conocimientos de física que se le  implantaron a esta unidad para realizar actividades en este trabajo lo que le hizo razonar de esa forma, ninguna otra unidad actúa así porque no tienen la misma información que Linda.

Ahora entendía las consecuencias que podría tener el liberar tremenda información. Su sentido común decía que hiciera lo correcto y borrara la memoria, pero su lado científico, le decía que debía compartir con el mundo aquel logro.

El doctor tenía el cursor del mouse encima de la opción “borrar todo”. Se mantenía tembloroso, sus ideales chocaban con su sentido común, el cursor se movió un poco para la opción que estaba al costado: grabar todo. Este podría ser el más grande logro pero también la más grande ruina de la humanidad. ¿Estamos preparados? ¿Cuánto tiempo pasará para que alguien lo utilice como arma? El cursor estaba entre ambas opciones, pasaron unos segundos, cuando en el silencio de la habitación se escuchó un sonido que el doctor recordó hasta sus últimos días. El espantoso sonido…de un click.

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