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[no hay cambio sin experimento]

Cuento: "Yo, robot" de Bryan Ramos

 

Título: Yo, robot

Autor: Bryan Joseph Ramos López

Categoría: 1ro-3ro de secundaria

Colegio: San Martín de Porres

 

Érase pues la historia de un robot, pero no un robot cualquiera, que solo sirve para ayudar, sino más bien un robot que era muy inteligente y respetuoso con todo. Lo llamaremos Octavio. Octavio nació en la ciudad de París, en Francia, se creció y se educó en Roma, Italia. Tenía seis hermanos, de los cuales dos eran adoptados y se llamaban Reyex, Cayax, Oxis, Maxit, Sofotix y Bicetrips. Estudió en una prestigiosa escuela en Roma, estacándose siempre con sus buenas notas y su habilidad para las matemáticas. Cierto día su escuela participó por primera vez en un concurso de matemáticas y como era de esperar, él participó y quedó clasificado para la fase final en  Lima, Perú. Octavio, entonces, comenzó a prepararse para dicho concurso, muy alegre, pero con un problema, no tenía suficiente dinero para poder viajar de su país. Pero Octavio no se puso triste, más bien pensó” Si tengo mucha capacidad para las matemáticas, puedo hacerme de profesor dictando clases a muchachos que no dominan. La magnífica idea funcionó, con tan solo 10 años, dictaba clases de matemáticas a domicilio, cobrando tan solo 10 euros la hora. Así erala historia de Octavio, estudiaba, trabajaba y se preparaba constantemente para dicho concurso. Un día Reyex, su hermano mayor de Octavio, le dijo con mucha ira: “Mira, hermanito, si crees que conseguirás tus metas que te propones y de esa forma estás muy errado. Debes descansar, caramba”. Y escuchando todo esto Octavio le respondió irónicamente: “Claro que no, seguiré así hasta que consiga las metas que me propongo”. Todos sus hermanos le decían igual y él respondía igual, por lo que sus hermanos no estaban muy contentos. Hasta que llegó el día, Octavio tenía que partir ya, pero no lo dejaban salir de su país. Al ver que no le dejaban salir, le exclamó con fuerza al que le atendía: “Cómo es posible, yo hace un mes cancelé mi boleto y aquí está con mi visa incluida” y el que le atendía le respondió: “Mira niño, no puedes salir de tu país porque simplemente eres menor de edad. En todo caso, si viajas, lo harías con un acompañante”, pero entonces Octavio, al escuchar todo esto en el aeropuerto, se puso a llorar durante tres horas y no regresó a su casa hasta el día siguiente. Sus hermanos, con quienes vivía, se preocuparon por él y como no aparecía, decidieron llamar a la policía para buscarlo, De tanta búsqueda, soso se habían cansado, así que solo se quedaron en casa esperándolo. Cuando Octavio regresó a casa comentó a sus hermanos lo sucedido y dónde se había quedado todo el día. Todos sus hermanos se quedaron sorprendidos y conmovidos con la noticia y le pidieron disculpas a Octavio, prometiéndole cada uno que nunca más le tratarían así. Entonces Octavio se quedó en casa esperando el día para ir al colegio. De tanta espera, cierto día decidió salir con sus amigos, pero no había nadie y como estaba con ganas de jugar, jugó con su hermano Oxis. Ya eran dos semanas que se la pasaba así todos los días y es cuando se entera que el avión donde se encontraban los miembros de su escuela murieron en un accidente y que se encontraban enterrados en Chosica. Al recibir esta noticia, Octavio se puso más triste aún y  lloró durante un año. Y es cuando decide marcharse cierto día de su casa a Palermo, en donde sus tíos y así olvidarse para siempre de la tragedia ocurrida. Cuando sus tíos, que se llamaban Miolix y Rionitta, se enteraron de lo ocurrido, se conmovieron y decidieron aceptarlo en su casa hasta que sea un hombre de bien,, estudiando así en un colegio estatal de menores en Palermo, cerca del límite de Italia. Tuvo que pasar mucho tiempo para que Octavio se olvidara de lo ocurrido, Tuvo muchos amigos y en su 5to año de secundaria conoció a una chica robot que se llamaba Rociopota, con la que tuvo su primera ilusión, hasta intentaron casarse, pero decidieron terminar al mes la relación. Así fue desarrollándose Octavio, peor siendo a la vez muy inteligente y valiente. Cuando terminó la universidad, se murieron en un accidente en París y nuevamente se puso melancólico, pero esta vez diciéndose con valentía: “Yo, robot, he perdido a mi amigos. Yo, robot, quedé sin tíos Yo, robot, abandoné a mis hermanos. Yo, robot, triunfaré” Entonces decidió hacerse del trabajo que realizaba cuando tenía diez años y regresó a su hogar donde vivía, en Roma. Cuando llegó a su casa se dio con una gran sorpresa, ¡ya era tío! Eran alrededor de 10 sobrinos por parte de sus hermanos y éstos, sus hermanos, lo recibieron muy alegres. Y es cuando nuevamente sus hermanos se conmovieron y decidieron tratarle como un verdadero hermano. Pasaron 20 años y cuando tenía 40 años decidió viajar a Lima, Perú, a visitar a sus amigos y profesores. Y así llegó a Lima y se dirigió a Chosica para visitarlos. Cuando los ve, se pone tan, pero tan triste que dice: “Yo robot, perdí a mis mejores amigos Yo robot, siempre les recordaré”. Y muy tristemente, durante seis horas, estuvo con aquellos y luego decide hospedarse en un lugar cercano a Chosica. Al día siguiente decidió ir al aeropuerto Jorge Chávez, pero antes había ejecutado su visa y canjea su pasaje para el domingo. Ese día no comió y cuando regresó al hotel, estaban sus padres, Mikoz y Royaxa. Se pasó el día conversando con ellos muy amenamente y el domingo decide regresar con ellos a Roma. Pero Octavio no se esperaba una gran sorpresa, ni tenía idea. Estaban ya, a punto de llegar a Roma, pero en un desliz el avión chocó contra un edificio, incendiándose instantáneamente. Octavio  era el único sobreviviente y gritó diciendo: “Yo, robot, soy ingenuo Yo robot, soy un desgraciado Yo, robot, seré siempre un triunfador”

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